Causas, Signos y Síntomas

Causas

Cuando se diagnostica a un paciente con cáncer, es común preguntarse, ¿por qué? Desafortunadamente, no siempre existe una respuesta clara a esta pregunta. Si bien, la mayoría de los cánceres en la cabeza y el cuello son causados por el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, el cáncer de glándulas salivales no parece estar asociado con estos hábitos nocivos. En la mayoría de los casos, no hay una causa clara. Sin embargo, a continuación se enumeran algunos factores de riesgo conocidos para desarrollar cáncer de glándulas salivales.

Radiación

Algunos estudios de investigación muestran que las personas expuestas a altos niveles de radiación como consecuencia de accidentes nucleares (radiactivas) o tratamiento con radiación externa Después de la exposición, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de glándulas salivales así como otros tipos de cáncer.

Factores de riesgo probables :

Virus

Se ha sugerido que ciertos virus como el VIH-1, el VPH* [*tipos 16 y 18], el poliomavirus y el Epstein-Barr empeoran el riesgo de cáncer de la glándula salival.

Ambiente de trabajo

El cáncer de glándulas salivales puede estar asociado con la exposición ambiental de sustancias que se encuentran en algunos lugares de trabajo. Algunas de esta incluyen al asbesto, el caucho, el níquel y varios otros productos químicos. Quienes trabajan en las industrias de manufactura, plomería, peluquería y mecánica automotriz pueden tener un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. 

Signos y síntomas

El dato de alarma más común que sugiere un posible cáncer de glándula salivales es la presencia de una masa en la cara o el cuello. De manera menos frecuente, estos bultos pueden surgir en algún lugar de la boca o la garganta y en casos extremadamente raros pueden surgir en otras partes de la cabeza y el cuello, como dentro de los músculos o los huesos.

Síntomas adicionales

  • Entumecimiento, hormigueo o dolor en la cara, la boca o la lengua.
  • Dolor más intenso en un área específica.
  • Debilidad de los músculos de la cara o la lengua.
  • Dificultad para abrir la boca.
  • Sangrado inexplicable de la boca (o más raramente, del oído).
  • Un bulto adicional en el cuello.

Si un paciente tiene una masa palpable en o cerca de las glándulas salivales, con o sin alguno de estos síntomas, es recomendable consultar a un médico y para su evaluación correcta.

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