Diagnóstico

El diagnóstico de cáncer de hipofaringe puede ser difícil y abrumador. Se necesitarán más pruebas para confirmar el diagnóstico y determinar el mejor tratamiento. La endoscopia, las imágenes y la biopsia son generalmente enfoques de diagnóstico estándar. Los pacientes pueden esperar que su médico hable con ellos sobre los riesgos, los beneficios y las alternativas a cada uno de los siguientes enfoques.

Endoscopía

Un endoscopio es un dispositivo que permite a los médicos examinar el interior del cuerpo. Está compuesto por un tubo delgado, flexible o rígido con una cámara y una luz en su extremo. Las lentes dentro del endoscopio proporcionan un aumento, lo que permite a los médicos detectar incluso pequeños cambios en el revestimiento de la garganta. "Endoscopia" es simplemente el proceso de usar un endoscopio para visualizar una parte particular del cuerpo. En la clínica se utilizará un endoscopio flexible para visualizar una masa en la hipofaringe, ya que esta zona no es fácil de ver de otra manera. A veces las masas de la hipofaringe no son fáciles de visualizar con un endoscopio flexible en el consultorio, y será necesario verlas con un endoscopio rígido en el quirófano. A menudo, la masa también puede ser biopsiada en ese momento. Obtenga más información sobre los diferentes tipos de endoscopias.

Biopsia

La biopsia es la extracción de un pequeño trozo de tejido para examinarlo en el microscopio y ver si es canceroso. Normalmente se necesita una biopsia de un crecimiento sospechoso en la hipofaringe antes del tratamiento. La forma más común de hacer una biopsia de una masa en la hipofaringe es a través de una laringoscopia directa o una hipofaringoscopia en la sala de operaciones. En algunos casos, una biopsia por aspiración con aguja fina (FNA) de cualquier nódulo linfático sospechoso en el cuello también puede ser útil. Aprenda más sobre los diferentes tipos de biopsias.

Estudios de imagen

Las exploraciones por imágenes, también conocidas como estudios radiológicos, proporcionan al médico una vista interior del cuerpo. Se requerirán imágenes de la cabeza y el cuello para determinar la extensión así como el comportamiento de un crecimiento, y es un paso vital antes del tratamiento de cualquier tumor en la hipofaringe. Las pruebas de imagen iniciales más comunes que se utilizan son la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Es probable que también se realice un estudio de diagnóstico por imágenes más avanzado llamado PET/TC para evaluar si un cáncer de la hipofaringe se ha propagado a otros lugares del cuerpo, así como para determinar si es probable que los ganglios linfáticos del cuello alberguen células cancerosas. Aprenda más sobre las imágenes.

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