La adolescencia es una época en la que los adolescentes descubren quiénes son y qué representan. Buscan la manera de pasar tiempo separados de sus padres y descubren cómo navegar solos por el mundo. Sus cuerpos experimentan grandes cambios físicos, sociales y emocionales. Estos cambios dan lugar a brotes de crecimiento, a la gestión de los sentimientos y a un mayor interés por la propia identidad personal y sexual. Durante la adolescenciaEl desarrollo del cerebro está en su punto más alto. Desde la infancia, el cerebro no ha experimentado cambios tan drásticos. Aunque la capacidad de los adolescentes para comprender pensamientos e ideas más abstractas aumenta durante esta época, la transición puede ser difícil. Los adolescentes a menudo comienzan a participar en comportamientos de riesgo, prueban nuevas identidades mientras buscan su sentido de identidad y miran más allá de su propia familia en busca de nuevos modelos de conducta.
La enfermedad de un ser querido puede hacer que estos cambios sean más difíciles para los adolescentes. También puede ser confuso para los padres, que pueden no saber lo que se considera un comportamiento adolescente "aceptable", en contraposición al comportamiento que puede requerir ayuda profesional. Es importante reconocer cuando los adolescentes están luchando más allá de la típica respuesta emocional a la enfermedad de un ser querido.
Señales de que su hijo puede necesitar más apoyo
- Cambios repentinos de humor.
- Cambios drásticos en la socialización.
- Cambios en las calificaciones.
- Faltar a la escuela.
- Metiéndose en peleas.
Los padres y cuidadores pueden hablar con el personal de la escuela o con un pediatra para averiguar cómo obtener la ayuda que su hijo necesita. Tanto los hospitales como las organizaciones locales y nacionales suelen ofrecer grupos de apoyo que proporcionan un espacio seguro para que los adolescentes compartan sus pensamientos y sentimientos. Puede preguntar a un trabajador social o a un especialista en vida infantil si hay algún grupo de apoyo en su centro médico o que le ayude a encontrar apoyo en su comunidad.
Lo más importante que pueden hacer los padres y cuidadores es conseguir el apoyo que su hijo necesita. Recuerde: buscar ayuda no indica que alguien haya hecho algo malo. Es el primer paso que ambos pueden dar para descubrir las razones de esos cambios de comportamiento y encontrar nuevas formas de afrontar los sentimientos problemáticos.